#3 - El terror de la quimera
Slayers Special #3 - La aventura de Naga |
A continuación podréis encontrar la traducción al español del tercer capítulo de la tercera novela de la saga Slayers Special, キメラの恐怖 (chimera no kyoufu).
La traducción está hecha directamente desde el japonés, usando como base los scans de la propia novela y utilizando para las imágenes todos los scans disponibles, tanto de su publicación original en la Dragon Magazine en Febrero de 1992, así como su posterior recopilación en novela, tanto en edición física como digital.
Traducción, adaptación y revisión: shansito
para Lost Slayers – https://www.lost-slayers.net
Todo lo perteneciente a Slayers es © Hajime Kanzaka, Rui Araizumi, Kadokawa Shoten y otros, según proceda.
Proceso de traducción: 9/30 - 30%
en proceso
El terror de la quimera
—Vaya, si eres Lina Inverse, ¿no?
Me llegó la voz de un hombre mientras me encontraba justo tras haber comido algo durante la tarde y mientras intentaba comerme una tarta. Tenía tanto el cabello como la barba blancos. Parecía un buen hombre, pero tenía una luz en los ojos que le hacía verse muy agudo. Por su vestimenta, seguramente fuese un hechicero.
—S... Sí... soy yo, pero...—dije mientras intentaba tragar un trozo de tarta.
—Ya me había parecido. Soy yo, sí...—dijo mientras se sentaba a mi lado con una sonrisa en la cara.
—¿… eh?—no pude impedir ladear la cabeza. No me sonaba absolutamente de nada.
—Mira, si soy yo. Soy Diol.
Diol… no, desde luego no me sonaba haber oído ese nombre antes...
—Esta mañana, por petición del alcalde, te has dirigido junto a una compañera a la montaña del oeste.
—… sí.
—Yo era el que estaba mirándoos desde el puesto de fruta. —dijo el hombre sacando pecho.
—¡Como si fuese a acordarme de eso! —le grité.
A veces me encuentro gente así. Los que creen que “¡si yo conozco a esa persona, esa persona tiene también que conocerme a mí!”. No hace ningún daño, pero no deja de ser una desmedida familiaridad no correspondida.
—Los rumores llegan incluso a esta ciudad. Y algunos de ellos no son muy buenos. Hyohohohoho. —dijo y comenzó a reírse.
… así ayuda mucho.
—En cualquier caso, en lo que se refiere a hechizos de ataque no hay nadie mejor que tú. ¿Verdad?
—Así es. —dijo sin atisbo alguno de vergüenza.
El hombre se quedó en silencio un momento.
—Bien… como puedes ver, yo también soy un hechicero, y ahora mismo estoy haciendo una pequeña investigación. Y viendo tu talento sin parangón, quería pedirte que me concedieras tu ayuda. ¿Qué te parece, te gustaría acompañarme hasta mi casa? Por supuesto te mostraría mi agradecimiento…
—Um…
Lo estuve pensando un momento. Si fuese un trabajo como otro cualquiera, lo rechazaría fácilmente, pero ése no era el caso. Por regla general los hechiceros son muy reservados en cuanto a sus investigaciones. Es muy difícil tener la oportunidad de ver las investigaciones de otros. Pero ahora, con apenas cooperar un poco, podría no solo echar un vistazo a una investigación, sino además llevarme una recompensa. Para decirlo sin rodeos, sonaba muy apetecible.
Ahora bien, por supuesto podría ser una trampa preparada por algunos villanos que tuviesen algo contra mí, pero si fuese ése el caso bastaría con hacerme cargo de ellos.
—De acuerdo, te ayudaré. —le dije asintiendo.
—¡Oh, muy bien! Entonces…
—Un momento—detuve rápidamente al anciano. —Aún me quedan cinco tartas.
—Me encaminé en esto debido a la influencia de mi padre. —dijo el viejo Diol-san mientras caminábamos por su estudio, lleno de libros y equipo experimental. —Mi padre también era un hechicero. Pero acabó muriendo en un enfrentamiento contra mazoku.
—Ah…—apenas pude alcanzar a decir mientras me sentaba en una silla al otro lado del escritorio.
—Entonces se me ocurrió. ¿Habría alguna manera de enfrentarse a los mazoku? ¿Usando hechizos poderosos de magia negra? No, ya que hay límites al poder que los humanos pueden conjurar. Así que habría que crear algo que pudiera competir contra los mazoku.
Cogió un pergamino y comenzó a desenrollarlo.
—Fue entonces cuando se me ocurrió… ¡esto!
 Sobre el escritorio de roble negro, el pergamino se abrió y…
GUH
No supe qué responder.
—¡La súper-quimera definitiva, sin nombre aún decidido, número 1! Usé un brass-demon para el cuerpo, otorgándole así tanto una gran capacidad como gran resistencia mágica.
El anciano siguió explicando como si nada.
—Ah… ah…
—Este cuello y las alas de la espalda son de un dragón. Tendrá una potente visión, capacidad de vuelo y podrá usar el aliento de fuego.
—Ah… oye…
—Este otro cuello es de una serpiente de mar. De esta manera también podrá ir bajo el agua. Por tierra, mar y aire, tiene realmente habilidades todopoderosas…
—¡Oyeeeee! —pude finalmente decir.
—… ¿qué pasa?
Apunté a una parte del boceto.
—… ¿qué es eso de ahí?
—No creo que haga falta explicarlo, ¿no? —dijo el anciano con voz calmada.
—Respóndeme. ¡¿Qué es eso que hay entre el dragón y la serpiente de mar?!
—Es obvio—empezó a decir el anciano con tono casual, —que es tu cabeza.
¡Aaaaaaah! ¡Lo sabía!
—No importa cuánta capacidad se tenga si no se cuenta con una boca para conjurar los hechizos y una cabeza para aprenderlos.
Me caí en la silla y noté que perdía la consciencia.
¡Me lo estaba imaginando!
Una enorme quimera con una cabeza como la mía en el centro, volando de aquí para allá y lanzando un Drag Slave tras otro sin parar. Entonces un niño que estaría caminando por la calle me miraría y diría “mira mamá, una señorita quimera”, a lo que su madre le diría “¡señalar es de mala educación!”, llevándoselo. Toda una escena típica…
¡Aaaaaah! ¡Me lo puedo imaginar! Sería toda una humillación por los siglos de los siglos.
—Ha… ¡hagamos como si nada de esto hubiera ocurrido! —conseguí decir tras recuperar la compostura.
—¿No te…? ¡¿Por qué no te gusta?! —preguntó el anciano sorprendido.
—¡Es fácil ver el por qué si lo piensas un poco!
—¡Pero si incluso podría superar a la legendaria bestia mágica Zanaffer!
¡Como si pudiera importarme que pasara eso!
—Además, cuando el poder de esta súper-quimera sea demostrado, atraerá muchísima atención. Seguro que tendrá un montón de fans.
—¡¿Que puede ir a más?! ¡Aunque fuese una copia homúnculo, es una vergüenza que haya quimeras con mi cara andando por ahí!
—No te preocupes. No usaré una copia homúnculo, sino que usaré tu propio cuerpo.
Ya veo. Entonces…
..........
—¡Eso es peor aún!
—Escucha. En la Asociación de Hechiceros a la que pertenezco hay un joven insolente llamado Gyuran. Estaba alardeando de una estúpida quimera que había creado, y le dije “ésa no es una auténtica quimera”. Entonces él, dándose aires de importancia, me dijo “entonces muéstrame una auténtica quimera”. A lo que le respondí “en seis meses la verás sin duda”. Si tengo que crear una copia tuya y hacer que memorice los hechizos, no conseguiré llegar a la fecha límite.
—¡Como si eso pudiera importarme!
—Bueno, bueno. Para empezar, pensaba que lo harías para poder mantenerme durante mis últimos años…
—¡No pienso sacrificarme para mantenerte!
—… eres una chica muy egoísta.
Pero será… maldito viejo…
—¡En cualquier caso, ya que antes dijiste que cooperarías, te haré mantener tu palabra! —dijo el anciano, poniéndose de pie.
Yo también me levanté. ¡Las dos miradas chocaron y echaron chispas!
—¡En ese caso habrá que usar la fuerza!
—¡Ha! ¡¿Crees que puedes vencerme?!
—¡El poder de la experiencia está conmigo!
—¡Vamos!
—¡Adelante, muchacha!
GUAAAAH
¡Pero en ese momento, la puerta del estudio explotó! ¡En el centro del humo se encontraba una única figura!
—¡Ohohohohoho! ¡Por fin te he encontrado, Lina Inverse!
—Por… ¡por fin has llegado, hechicera pervertida! —dije, dando involuntariamente un paso atrás.
El traje, como solía pasar, desafiaba la caída de la nieve.
El terror de la quimera: continuará |