#2 - Lira de plata
Slayers Special #3 - La aventura de Naga |
A continuación podréis encontrar la traducción al español del segundo capítulo de la tercera novela de la saga Slayers Special, 銀のたてごと (gin no tategoto).
La traducción está hecha directamente desde el japonés, usando como base los scans de la propia novela y utilizando para las imágenes todos los scans disponibles, tanto de su publicación original en la Dragon Magazine en Enero de 1992, así como su posterior recopilación en novela, tanto en edición física como digital.
Traducción, adaptación y revisión: shansito
para Lost Slayers – https://www.lost-slayers.net
Todo lo perteneciente a Slayers es © Hajime Kanzaka, Rui Araizumi, Kadokawa Shoten y otros, según proceda.
Proceso de traducción: 4/31 - 13%
en proceso
Lira de plata
 ¡BAM!
La puerta del establecimiento se abrió del todo con un fuerte sonido.
Una enorme sombra con un aire helado apareció bajo el marco de la puerta. Era un gran hombre calvo, que fácilmente podía haber pasado por un golem.
Llevaba un hacha de guerra con apariencia amenazante. Parecía ser de los que no tienen mucha paciencia. No hacía falta preguntarle para saber de dónde habría salido.
Echó una rápida mirada al interior del establecimiento.
—¿Habéis visto por aquí a un tipo que parece un bardo? Un granuja de pelo largo que lleva una lira de plata.—dijo con un vozarrón.
Hubo un momento de silencio, y entonces...
—Ni lo sé ni me importa, pero cierra la puerta, está dejando entrar el aire frío.
Vaya.
La atmósfera del establecimiento se tensó, y todas las miradas se dirigieron a quien había hablado.
Es decir, a mí.
El hombre levantó las cejas.
—Vaya… ésa sí que es una buena estufa daruma.
—¡¿Quién es una estufa daruma?!
—Tú. —dijo Naga, que estaba sentada a mi lado.
Ignorando el concepto de “temporada”, seguía llevando su ropa reveladora con aspecto de hechicera malvada.
—Cualquiera te llamaría estufa daruma al ver que estás llevando diez capas de ropa.
—¡Pero es que tengo frío! Además, ¡no estoy llevando diez capas, estoy llevando nueve! Y no tengo ningún problema para moverme, ¡así que nada de quejarse!
—Ningún problema…. entonces… ¿quién se cayó anoche por las escaleras y no podía levantarse?
GUH
—Pero… es que estaba llevando quince capas… además, ¡no deberías decirme nada de lo que me ponga, que tú llevas lo mismo durante todo el año!
Aun cuando las ranas hibernan lleva el mismo estilo, no puedo entender muy bien cómo lo hace. Está mucho más allá de la “insensibilidad”.
—¡Ohohohoho! Qué ingenua eres, Lina. —dijo moviéndose el pelo. —Ocurra lo que ocurra, me adhiero a mi política de estilo. De eso va la estética.
—¿Tu propia confianza en ti misma no te permite llevar ropas normales?
—Fufu. No hay ninguna ropa normal que satisfaga mi sentido de la belleza.
Obviamente. Si llega el día en el que la ropa normal fuese satisficiese su sentido de la estética, sería el fin del mundo.
—Bueno, sobre eso…—empezó a decirle el dueño del establecimiento al hombre de la puerta, tras llevar un rato contemplando nuestro intercambio. —Por aquí no ha pasado nadie así. Si le veo, se lo haré saber…
—Ya veo…
El hombre sacó una moneda de oro de un bolsillo y se la lanzó al dueño.
—Me llamo Gamul. Estaré en el restaurante Escamas Plateadas. Hazme saber de cualquier cosa. Perdón por las molestias. —dijo y se marchó sin más.
—Has perdido la oportunidad, Lina. —dijo Naga.
—Porque me habías estado molestando. —le respondí.
Esto viene a que en ese momento estábamos intentando matar dos pájaros de un tiro, liberar un poco de estrés y conseguir financiación económica encargándonos de los grupos de bandidos locales. Pero las tonterías de Naga me habían quitado las ganas.
PON POM
—Uf, parece que ya se ha marchado.
—¡¿Eeeh?! —gritamos Naga y yo sin poder contenernos, levantándonos de las sillas al escuchar el ruido y la voz.
Inequívocamente el sonido procedía de debajo de nuestra mesa. Y entonces…
Lira de plata: continuará |