#2 - Vengadora
Slayers Special #1 - El príncipe de Saillune |
A continuación podréis encontrar la traducción al español del segundo capítulo de la primera novela de la saga Slayers Special, りべんじゃあ (revenger), en el que Lina sigue con sus primeras aventuras conocidas en solitario.
La traducción está hecha directamente desde el japonés, usando como base los scans de la propia novela y utilizando para las imágenes todos los scans disponibles, tanto de su publicación original en la Dragon Magazine en Febrero de 1990, así como su posterior recopilación en novela, tanto en edición física como digital.
Traducción y adaptación: shansito
Revisión: erebo
para Lost Slayers – https://www.lost-slayers.net
Todo lo perteneciente a Slayers es © Hajime Kanzaka, Rui Araizumi, Kadokawa Shoten y otros, según proceda.
Vengadora
Fue bastante de improvisto.
—¡Prepárate, Lina Inverse!
—¡¿Eeeeh?! —grité, encontrándome de pronto con la punta de una lanza puesta justo delante de mi nariz—. ¿Q-Qué...?
Rápidamente, y manteniendo de alguna forma el equilibrio, la persona que se sentaba cerca se había levantado de la silla y se había girado hacia mí.
Me encontraba en un pequeño restaurante de la Ciudad de Tails, un lugar conocido por su comercio. Estaba tranquilamente encargándole la comida al camarero cuando se produjo este repentino ataque. Miré a la persona que hasta hacía poco se encontraba sentada a mi lado, y resultó ser una chica joven. Y pasó apenas un instante antes de que el resto de personas sentadas en la mesa salieran corriendo.
—¡¿A qué viene esto?!
—¡Cállate! —me dijo la chica mirándome fíjamente con unos ojos azules, pero en los que se veía arder la chispa de una llama.
Era una situación en la que tenía que mostrar todas mis dotes persuasivas...
—¡Prepárate, enemigo de mi hermano!
—¡¿Q-Qué?! —grité, al momento saltando de la silla y saliendo del edificio a toda velocidad cuando vi que estaba sujetando una lanza en la mano.
¡No es justo! ¡Apenas llevaba media hora comiendo! Aunque ahora que lo pienso, así me ahorraba tener que pagar. Eso es tener suerte~ ♥
Aunque bueno, no había tenido mucha suerte con esta situación que provocó que tuviera tanta suerte...
En la calle brillaba el Sol del mediodía. Todos los ojos estaban centrados en mí. Aunque el comienzo de una pelea callejera no es algo tan raro, el tener la oportunidad de salvar a una joven y hermosa chica (es obvio que estoy hablando de mí... pero lo diré por si acaso) que está siendo perseguida es algo que no ocurre a menudo. Por supuesto, contando con que soy una grandiosa hechicera y espadachina, no estaba para nada preocupada, sabiendo que en apenas un momento podría deshacerme de esta chica con total facilidad. Además, no debería extrañarme demasiado, ya que no era la primera vez que me atacaban. Es bastante frecuente que algún grupo intente derrotarme para ganarse algo de fama y poder fardar más tarde delante de otros tomando unas copas.
En palabras de cierta hechicera, "¡hay que acabar con los bandidos con hechizos de ataque!", ¡y eso es lo que dice la ley! Bueno... también está aquella persona tan pacifista de la otra vez... aunque prefiero no acordarme de eso... pero ¡hay que dejarlo claro, los villanos no tienen derechos!
Es algo ya usual en esta sociedad, ver cómo hay personas que toman las posesiones de los demás por la fuerza, o aquellos que prefieren ver la sangre ajena a ponerse las botas con tres comidas seguidas, como es el caso de salteadores, berserkers o gentuza de ese estilo, y eso sin tener en cuenta las veces que trabajan junto con goblins o kobolds. ¡Mejor no hablar de eso!
Pero esta vez, la situación tenía lugar en una calle muy concurrida, y lo que es más, con esta chica gritando lo de "enemigo de mi hermano", no era el mejor momento ni lugar para usar hechizos ofensivos. ¡Hasta yo misma me sorprendí de mi auto-control!
Cualquier otra hechicera común, al haber visto tan cerca de su cara un ataque tan repentino, seguramente se hubiera sorprendido tanto que hubiese incinerado los alrededores con un Fireball.
Pero yo no soy precisamente común. En absoluto.
En cualquier caso, como no estaba contra-atacando a la chica, ésta no hacía más que continuar lanzando sus ataques punzantes una y otra vez.
—¡No escapes y quédate callada y quieta!
—¡No digas tonterías!
Yo corría. Ella me perseguía. Su lanza cortaba el aire cerca de mí, los hombres caían de culo, las reses salían en estampida... menuda gracia, para cualquiera que estuviese contemplándolo sería todo un espectáculo muy entretenido. Pero yo no me encontraba entre los que estaban mirando precisamente.
Aunque me cueste reconocerlo, no soy una persona a la que le guste el ruido y el alboroto. Después de todo, no me encontraba en posición de estar disfrutando de la situación. Al pasar por delante de la tienda de antigüedades terminé de recitar un conjuro. Sacando un pequeño cuchillo que tenía guardado, ¡giré a la derecha en la esquina cercana! En cuanto la chica apareció girando por la esquina, se detuvo de pronto. Y justo esto era lo que estaba esperando que ocurriese. ¡Por esto era por lo que estaba corriendo! Apunté con precisión, teniendo cuidado de no errar mi objetivo. Pero no os equivoquéis. Mi objetivo no era la chica.
Mi cuchillo voló hasta clavarse en la tierra, justo en la sombra que proyectaba la chica. Y en ese momento, el cuerpo de la chica quedó rígido.
—¡Argh!
Al ver que se le quedaba el cuerpo completamente quieto, una gota de sudor apareció en su frente. No podía moverse en absoluto.
—Es inútil —dije con un tono de total indiferencia—. Es el Shadow Snap, una técnica que paraliza todo movimiento de su objetivo desde el Plano Astral. No es nada complicado, pero tampoco quería esforzarme demasiado.
No es precisamente como las técnicas que suelo utilizar más a menudo, que son vistosas y llamativas, pero ésta en concreto es fácil de utilizar. Aunque como se indica en su nombre, si no hay sombras de por medio no resulta para nada práctica, por lo que si de imprevisto el cielo se llenase de nubes la técnica quedaría totalmente anulada, lo cual todo sea dicho es una debilidad bastante patética.
—Veamos... ahora deberías explicarme cuidadosamente de qué va todo esto.
—¡Como si eso solucionase nada! —gritó ella.
Era una chica joven, aparentaba tener 17 o 18 años. Un poco más que yo, parecía ser más bien de la edad de mi hermana. Tenía pelo corto y rubio, y por su apariencia parecía ser una joven guerrera, llevando una coraza con reborde dorado y una lanza larga.
—Ocurrió hace medio año... ¡no me digas que lo has olvidado!
Aunque no podía mover el cuerpo, sí podía mover la boca. Precisamente esta técnica se originó en procesos de interrogatorios, donde resultaba ser muy útil.
—¿Hace medio año? —pregunté, intentando recordar algo.
Me he encargado indiscriminadamente de grupos de bandidos, me he hecho cargo ocasionalmente de algunos dragones azules de los alrededores, he lanzado algunos Drag Slave a diestro y siniestro al pensar en mi país natal y añorarlo... No, qué va, no hay nada raro en mis recuerdos de mi día a día normal... No recuerdo a nadie por el que pudieran querer pedir venganza... o bueno, puede que sí, pero nunca he dañado a nadie que conociese a alguien que pudiera querer atacarme por ello.
—Ya sé, ¿no sería ese hermano tuyo por casualidad un bandido?
—¡Claro que no! ¡Era un granjero!
—Ah... pues entonces todo esto debe de ser un malentendido...
—¡No es un malentendido ni una equivocación! Aquella vez lo vi tan claro...
Así que aquella vez...
—¡Fuera! ¡Largo! ¡Quitáos de ahí!
De repente escuché el típico sonido de la rutina a mi alrededor. Y entre toda la gente, vi claramente a lo que parecían ser algunos soldados acompañando a un carruaje. Carruaje que venía por el camino a toda velocidad.
—¡Apartaos del medio del camino! ¡No interrumpáis el tráfico! ¡Dejad pasar!
Me giré y, efectivamente, nos encontrábamos en pleno centro de la calle principal. Justo en ese momento tuve que saltar ágilmente a un lado para dejar pasar al carruaje que iba a toda velocidad. Menudas prisas.
—¡Un momento! —oí en ese momento gritar a la chica.
En ese momento me pregunté si el Shadow Snap seguiría estando activo. Algo desconcertada, me giré hacia donde se encontraba la chica.
Pero... no lo hice lo bastante deprisa.
¡PLOC!
Y claro, por supuesto... me golpeó.
—Uu... uuuuh....
Para cuando la chica se despertó, ya se había hecho de noche. Había cogido una habitación para dos en una posada, llevado a la chica hasta la misma y le había curado sus heridas. Por supuesto, estaba preocupada de que pudiera volverse loca cuando recuperase la consciencia, así que aunque suene algo repetitivo, había colocado una lámpara iluminando desde arriba y había vuelto a usar el Shadow Snap.
—¿Ya te has despertado? —dije con una voz suave. Porque si hubiese dicho algo del estilo "vaya, por fin has despertado ante tu destino, muahahaha" hubiera sonado demasiado como una hechicera malvada.
Por un momento parecía que la chica iba a alzar la voz y gritar, pero tras mirarme parece que se hizo cargo de la situación y prefirió permanecer callada.
—Sobre lo de esta mañana... bueno, no hay duda de que tienes que estar equivocada. Si hablamos sobre ello seguro que acabamos entendiéndonos, así que... por favor. Créeme y cuéntame qué es lo que ocurre.
La miré directamente a los ojos con toda la sinceridad que pude poner en la mirada. Una sola mirada puede ser mucho más persuasiva que cualquier frase. Por muy verdad que pueda ser algo, si no se mira directamente a los ojos automáticamente puede sonar como algo falso o ser difícil de aceptar.
Un ataque expresivo con la mirada... ¡ésa es la forma de persuadir a cualquiera!
—Vaya... —dijo la chica con unos ojos fríos—, atas a una persona con una cuerda y la cuelgas del techo, usas una ridícula técnica para que no pueda moverse, y aún así le dices "créeme".
... ahora que lo dice, esta forma de proceder quizás rompa un poco con la idea de querer tener credibilidad.
—Ah, no te preocupes por eso —le dije —, yo desde luego no lo hago...
—¿Ah, sí...?
Por alguna razón no parece que a la chica le convenciera lo que intentaba decirle. Según comenzó a decir, hace medio año, su hermano fue asesinado por un hechicero que utilizaba mi nombre. Por supuesto que eso es algo que yo no hice, para empezar con la escena del crímen, su aldea, es un lugar al que no solo nunca he estado, sino que ni siquiera me sonaba el nombre.
Era un engaño. Cuando se escucha a alguien usar mi nombre, sin ninguna duda, es porque se usa ese nombre para algo malo. Todo el asunto de la "venganza" de esta chica parecía ser otro caso de este estilo. Pero aún así la chica no se creía mi explicación acerca de este asunto.
—¡Di lo que quieras! ¡Pero ante todo, me lo dijiste claramente! ¡Y justo delante del cuerpo de mi hermano! "Mi nombre es Lina Inverse. Si quieres vengar a tu hermano, ven tras de mí. Pero si no tienes cuidado, ¡seré yo quien acabe contigo!", eso dijiste.
—¡Yo no hice nada de eso!... espera, dices que te lo dije claramente, entonces eso significa que pudiste ver cómo era quien mató a tu hermano, ¿no?
—¡Por supuesto! —me dijo la chica mirándome cara a cara —. Tenía una larga melena morena...
Es verdad que tengo una melena larga, pero castaña.
—Llevaba una capa negra...
Muchos hechiceros llevan capas negras...
—Y tenía un cráneo de carnero sobre la cabeza...
Eso no pega conmigo. Y en cualquier caso yo llevo una cinta.
—Era un hombre considerablemente alto...
—Espera un momento, muchachita... —le dije mirándola fijamente.
—Ahora que lo dices... —dijo ella mirándome también fijamente —, ¡no te pareces en nada!
—¡¿Pero en qué estabas pensando!?
—Bueno... en varias cosas... —murmuró la chica.
—¡Aaaargh! —grité agarrándome la cabeza —. Primero aquél tipo pacifista y ahora tú, ¿por qué esta clase de gente no hace más que aparecer a mi lado?
—Tal para cual...
—¡Cállate! ... maldita sea... en cualquier caso, ¿entiendes ya que yo no tuve nada que ver con la muerte de tu hermano?
—Supongo... perdón.
No es que fuese una disculpa muy buena.
—Y ahora que lo pienso...
Tras deshacer tanto el hechizo como el nudo, se sentó en lo que podríamos llamar una cama de bastante buena calidad, haciendo algunos sonidos mientras se masajeaba las muñecas.
—Lo cierto es que ayer vi en esta misma ciudad a un hechicero que llevaba un cráneo de carnero en la cabeza.
—¡¿En esta ciudad?!
—Sí. Me pareció un poco sospechoso, ahora que lo pienso... me pareció escuchar que su nombre era Raun... o algo parecido... ah, ahora sé que te confundí con él, aunque aún así reconozco que me pareció sospechoso.
¡Por supuesto está claro que era sospechoso!... quise gritarle eso, pero me callé.
Sobre todo por el tema ése del "cráneo de carnero". ¿A quién se le ocurre llevar algo así? Alguien llevando algo así en la cabeza podría verse como algún legendario y malvado gran sacerdote. Es como ponerse a gritar "¡soy sospechoso!" a toda voz.
—En cualquier caso... —dije sin parecer dolida —, mañana comenzaremos a buscar a esa persona, por ahora es mejor que durmamos.
—Supongo que sí.
Pero...
En ese momento caí estúpidamente en la cuenta. Me había visto envuelta en todo esto. Es para llorar...
A la mañana siguiente, no costó mucho encontrar al hombre en cuestión. Simplemente con "¿han visto a alguien vestido raro?", la segunda persona a la que preguntamos nos respondió.
—Parece que al final podrás vengar a tu hermano. Y... ah, y ahora que caigo, ¿cómo te llamas?
Mientras hablábamos, íbamos andando por un camino lleno de tiendas construidas con piedra blanca. El día anterior había sido tan caótico que no llegué a preguntarle por su nombre.
—Soy Conny —dijo la chica, extendiendo su mano derecha sin preocupación.
¿No se supone que es una guerrera? pensé mientras le daba la mano. Incluso un guerrero novato sabe que no es aconsejable ofrecer tan fácilmente la mano dominante a un desconocido... ¿o es que tiene mucha confianza en sí misma?
Podría decirse que yo soy una hechicera-guerrera, aunque tengo mucha mayor preparación como hechicera, así que no tengo nada en contra de un apretón de manos.
—¡Ahí está! —gritó Conny, y pude ver lo que parecía ser el cuerno de un cráneo de carnero justo al girar una esquina.
—¡Vamos! —grité, y en cuanto lo dije la chica salió corriendo a toda prisa.
—¡Detente, tipo sospechoso!
Al escuchar la voz de Conny el hombre se detuvo y se giró para mirarnos. Aparentaba tener poco más de treinta años. Aunque es verdad que era algo sospechoso, tenía un fino bigote moreno que le daba un aspecto que le favorecía bastante.
—... ¿es a mí?
—... ¿acaso ves a alguna otra persona sospechosa en esta calle?
Fue justo entonces cuando yo llegué, habiéndome quedado algo atrás. Lo cierto es que el hombre tenía una cara que mostraba desconfianza.
—¡Y aún así! —dijo Conny apuntando al hombre con un dedo—. ¡Tú! Eres Lina Inverse, ¿no?
¡PLON!
Casi me caigo de la impresión. ¡De verdad que esta chica no piensa!
—No... a mí me llaman Dilss...
—Ah... entonces... ¿será que me he equivocado?
—¡Idiota!... oye tú, hace medio año te enfrentaste al hermano de esta chica, ¿verdad?
—¡En la aldea de Vorun, al norte de aquí!
—Ohhh... —comenzó a decir el hombre, entrecerrando los ojos bajo el cráneo del carnero—. Lo recuerdo. Ya veo, la chica de aquella vez. No te había reconocido por tu aspecto de guerrero.
—¡Sabía que eras tú! —dijo Conny... ¡¿qué es eso de que lo sabía?!
—Así que me hiciste caso y me perseguiste para vengarte. Hubieras tenido una larga vida tranquila si te hubieras quedado callada y hubieses aceptado la situación, en vez de intentar encontrar a Sart Prazer...
—... un momento, ¿no acabas de decir que te llamabas Dilss?
—¡Eso es ridículo! —me respondió el malvado hechicero sin nombre sacando pecho orgulloso—. ¡No hay nadie en este mundo que conozca el verdadero nombre de Balf Lukuas, el hechicero de los mil sobrenombres!
... ¿será por un casual que se ha olvidado de su propio nombre?
Aunque me gustaría que dejase de comportarse con esos aires de grandeza sobre temas sin importancia. ¡Empezaba a darme pena lo seria que estaba siendo su oponente! Qué triste... Además, empezaba a arremolinarse gente a nuestro alrededor, y podía escucharles murmurar "mira, son las chicas de ayer", "como esto pase todos los días..." y cosas por el estilo.
—Sea como sea, vengaré a mi hermano, ¡prepárate! —dijo Conny y se lanzó a por él.
El hechicero se movió, y...
¡POM!
La planta del pie del hechicero quedó plantada justo en el centro de la cara de la chica. Toda la gente alrededor comenzó a reirse. Yo intenté aparentar que acababa de llegar. Pero aún así Conny no se rindió.
—¡Haa! ¡Hyaaa!
¡Golpe, golpe! Patada. ¡Pisotón!
—¡Haa! ¡Haaa!
... quizás debería volverse a su casa y aceptar la situación...
—¡Cuidado! —me dijo Conny, volviéndose hacía mí de repente con cara seria—. ¡Es muy fuerte!
—¡Tú eres la débil!
—¡No digas algo así!
Mientras discutíamos, el hechicero hizo que un carruaje que pasaba cerca se detuviera.
—¡Oye! ¡Llévame a algún lugar lejos de aquí! ¡Haz lo que te digo y te daré dinero! ¡Si no lo haces te mataré!
El cochero estaba tan asustado que lo único que pudo hacer es azuzar a los caballos.
—¡Muahahaha! ¡Si queréis acabar conmigo tendréis que seguirme! —gritó el hechicero desde la parte superior del carruaje mientras éste se alejaba por la calle. Menudo tipo inteligente.
—¡No te escaparás!
Conny empezó a correr tras el carruaje sin pararse a pensar en sus propias habilidades. Yo comencé a correr tras de Conny, murmurando la conjuración de un hechizo. El hechicero, a pesar de que yo no había hecho aún nada para ayudar a Conny, seguramente se dió cuenta de mis habilidades. Es la única manera de explicar por qué estaba escapando. Seguramente su plan era mantenernos corriendo tras el carruaje por toda la ciudad para ir minando nuestra resistencia...
¡Pues nada de eso! Agarré a Conny de la mano y...
—¡Vamos!
—¿Eh...?
—¡Ray Wing!
Y entonces las dos juntas... ¡comenzamos a volar por los aires!
—¡Aaaaaaah! —gritó el hechicero desde lo alto del carruaje.
Y la conmoción alrededor nuestra también aumentó en gritos. Aunque no me extraña. No tiene que ser muy normal contemplar a un hechicero volando por los aires llevando a un guerrero cogido de la mano. El Ray Wing no es algo que se utilice mucho últimamente, casi puede decirse que es una técnica muerta. Y no es de extrañar, con lo difícil que es tanto de aprender a usar como de controlar. Si te encuentras en una situación de emergencia, como por ejemplo caer desde un sitio muy elevado, habrá tiempo más que suficiente para poder conjurar un Levitation, e historias de hechiceros enfrentándose a alta velocidad en mitad del aire a grifos sólo aparecen en los cuentos de hadas.
Pero lo cierto es que hay una razón muy sencilla de por qué aprendí a usarlo. Quería sorprender a mi hermana. Y vaya que si quedó sorprendida. Por un pequeño fallo de control del hechizo, me estampé de cabeza contra una montaña de alimentos de un puesto de comida. Y por eso tuve que estar dos días enteros limpiando todo el desorden causado. Y desde entonces no he vuelto a utilizar esta técnica...
—¡Haaaa! —le gritó el hechicero al conductor para que fuese a mayor velocidad.
—¡No vas a escapar!
Hice aumentar la velocidad. Pero al hacerlo se perdió algo de altura. La técnica crea alrededor del hechicero una barrera de aire con la que moverse, y la altura, peso y velocidad dependen de la concentración del hechicero. Al no poder deshacerme de esta "carga" llamada Conny, si quería aumentar la velocidad me veía obligada a disminuir la altura. Controlar bien el hechizo requiere equilibrar cada una de las partes.
Ahora nos encontrábamos volando aproximadamente a la altura de la cintura de un adulto. Algo quizás un poco peligroso... y ahora que lo pienso, más o menos a la altura a la que estaba arrastrando a Conny de su mano, se escuchaban cosas como "¡aargh! ¡cras! ¡pon!" y otros sonidos extraños... espero que aún siga viva.
—¡Maldita seas! —dijo el hechicero mientras introducía su mano derecha en un bolsillo y comenzaba a murmurar algo. La barrera de viento me rodeaba completamente, haciendo que pareciera que el aire entrase y saliese de mis oídos, o podría decirse algo así, porque lo que ocurría es que la circunferencia de la barrera impedía al aire entrar, por lo que no podía oírse nada que sonase fuera de la misma. Pero por el ritmo de la conjuración, hubiera dicho que se trata de un hechizo de ataque. Al extraño hechicero malvado sin nombre parecía darle igual usar un hechizo de ataque en mitad de una calle.
El hechicero lanzó algo a la tierra que tenía delante. Y entonces... La tierra se elevó. Lo que sea que el hechicero estuviera utilizando tenía el aspecto de un adulto de gran tamaño... ¡¿un golem de barro?! Interesante técnica. Al tener que centrarme en controlar el Ray Wing, pensaría que tendría las manos atadas para usar cualquier otra técnica. Y que si no disminuía la velocidad, me estamparía de cabeza. Pero...
¡PLAF!
Mi técnica deshizo al golem de barro.
—¡¿Pero qué...?! —gritó sorprendido el hechicero.
Es cierto que mientras esté usando el Ray Wing no puedo concentrarme lo suficiente para utilizar ningún hechizo de ataque poderoso. Pero siempre hay excepciones. No había ningún problema en usar el Bephis Bring. Como su nombre indica, el Bephis Bring invoca el poder del Espíritu de la Tierra. Puede decirse que es una técnica para abrir hoyos. En resumen, en el instante en el que el enemigo usa el poder de Bephimos, el Espíritu de la Tierra, para crear su golem de barro y darle una "vida temporal", puede invocarse al propio Bephimos para que interfiera y abra un agujero en el abdomen del mismo golem de barro.
Claro que si la habilidad de ese hombre, es decir, su capacidad de controlar el poder de interferencia del Espíritu de la Tierra, hubiese sido superior a la mía, las consecuencias hubieran sido muy diferentes. El verdadero valor de un hechicero reside en lo aplicado que es. Incluso la técnica más aparentemente inútil puede volverse altamente efectiva si se utiliza con habilidad. Incluso puede darse el caso de que un hechicero que no pueda usar ningún hechizo de ataque pueda derrotar a un hechicero que se jacte de manejar hechizos de ataque muy poderosos.
—¡Haaaa!
El hechicero hizo detener el carruaje y se bajó. Viendo que no iba a poder escapar, lo que le quedaba era enfrentarse a nosotras. El frutero y la vendedora de comida de unos puestos cercanos, notando la tensión en el ambiente, salieron corriendo. Aunque al final se había decidido por enfrentarse a mí, seguía siendo en realidad el objetivo de la venganza de Conny por su hermano.
—Conny, voy a hacerte volar, ¿de acuerdo?
—¡Bien! —respondió enseguida la chica, entendiendo lo que quería decirle al instante.
De alguna manera reuní la fuerza suficiente para elevarnos un poco y me encaré directamente hacia el hechicero. Y centrando el "viento" sobre Conny, le solté la mano a la chica. Mi capa ondeó como las alas negros de un cuervo y, grácilmente, mis pies volvieron a tocar tierra. Conny continuaba su vuelo recta, lanza en mano, como si toda ella fuese una flecha dirigiéndose hacia su objetivo. Directa hacia el hechicero.
—¡Prepárate, enemigo de mi hermano!
¡Y en ese momento...! El hechicero se apartó de la trayectoria echándose a un lado.
¡Maldita sea! Ya veo, ¡así que puede esquivar cosas!
—¡Aaaaaaaargh! —gritó Conny con toda su fuerza.
¡Cálmate! ¡Ánimo Conny, ánimo! ¡Cambia tu trayectoria con tu fuerza de voluntad y tus agallas!
¡¡AAAAAAAARGH!!
... vaya. Ya me imaginaba que sería inútil.
Desgraciadamente, la chica había ido a parar de cabeza contra una montaña de fruta, habiendo quedado con las piernas sobresaliendo por entre las naranjas.
—¡Menuda crueldad! —dije mirando directamente al hechicero.
—¡Pero si lo has hecho tú!
—¡Olvídate de eso! ¡Y en cualquier caso...! —suelo utilizar la frase "en cualquier caso" para detener a tiempo cualquier conversación, es una buena forma de hacerlo—. ¡Yo me encargaré de llevar a cabo la venganza del hermano de Conny, y la suya propia!
Pensaba que entonces diría algo del estilo "¡has matado a tu compañera!",pero en vez de eso comenzó a conjurar un hechizo. Y ese hechizo era... ¡un Fireball!
La bola de luz que el hechicero lanzase, en el momento en que colisionase con algo explotaría, diseminando llamas por todas partes... es un hechizo de ataque indiscriminado y en masa. Si un humano es golpeado por el mismo queda, como mínimo, como un filete medio hecho en un instante. ¡Se ha puesto serio! Pero si utiliza algo así, mucha gente saldrá herida. Por un instante pensé que podría persuadirle, pero sería inútil. Con una sola mirada a sus ojos podía notarse la locura... no había otra opción, tenía que detenerle...
Comencé a conjurar un hechizo. En los labios del hechicero apareció una leve sonrisa. Se ha dado cuenta. Sabe qué hechizo voy a utilizar. El Dill Brand, la base para el hechizo Mega Brand... el hechicero crea una explosión de tierra a su alrededor y centrada en sí mismo, en un área con forma de anillo, con la que provoca que lluevan piedras a su alrededor, por lo que podría decirse que es una técnica para lanzar piedras. Es algo más fácil de controlar que un Fireball, y el tiempo de conjuración del hechizo es menor. Pero...
Como hechizo de ataque es bastante malo, podría llegar a dañar hasta a una buena túnica, pero incluso con un golpe directo no sería suficiente para matar a nadie. Puede usarse para desalentar a un enemigo al que no se le tenga la intención de matar, ya que durante la conjuración del hechizo se crea alrededor del hechicero una barrera mágica que puede anular bastantes ataques mágicos que pudieran usarse. Por supuesto, y aunque no debería hacer falta decirlo, no hay nadie que se me pueda comparar en poder mágico. Podría hacerme cargo sin problemas de un Fireball con la barrera mágica que proteje durante la conjuración del hechizo, pero eso no impediría que siguiese afectando a la gente que estuviese en la calle.
¡CLAP!
El hechicero unió fuertemente las palmas de sus manos delante de su pecho, y poco a poco fue separando las manos. Una pequeña esfera de luz brillaba entre sus manos.
—¡Adelante! ¡Fireball!
—¡Dill Brand!
La bola de luz fue liberada. Pero justo en ese momento, hubo una explosión de tierra con forma de anillo, con un área no muy extensa, centrada justo en la posición de mi oponente. La tierra y la arena se elevó como una columna hacia el cielo, cubriendo la figura del hechicero. Y entonces se escuchó un estallido y un grito...
La columna de tierra y arena se había teñido de rojo. Los espectadores comenzaron a agitarse.
Y ése fue el fin del malvado hechicero del que aún no conocía su nombre. La esfera de luz que acababa de lanzar chocó contra la columna de tierra y arena, por lo que su Fireball había explotado en el interior de la columna creada por mi Dill Brand.
—¡Victoria! —dije, mirando hacia el mañana y haciendo el símbolo de la V de la victoria.
—Al fin... todo ha acabado...
De repente escuché una voz pegada a mi oreja y me di la vuelta rápidamente. En algún momento Conny había vuelto en sí y se encontraba de pie junto a mí.
—Hermano... finalmente he acabado con tu enemigo...
—¡Pero si tú no has hecho nada!
—¡Aaah! ¡No digas eso!
—Lo siento... supongo que tengo que agradecértelo...
Había acompañado a Conny hasta las afueras de la ciudad, y mientras me decía eso me ofreció su mano derecha. En cuanto comenzó a realizar el movimiento, supe la verdad. Su verdadero carácter era el de una novata. Ahora, la chica se había deshecho tanto de su arma como de su armadura y llevaba unas ropas normales que le quedaban mucho mejor. Le sonreí y le di la mano. Por esta vez el trabajo será gratis, aunque no es algo que haga a menudo. Digamos que es algo así como mi servicio a la comunidad...
—¿Y qué harás ahora? —le pregunté, a lo que respondió con una gran sonrisa.
—Regresaré a mi aldea y me encargaré de cultivar el campo, junto con mis hermanos pequeños.
—Es una buena forma de vivir —le dije con una ligera sonrisa—, más tranquila. Bueno, entonces... cuídate.
—Tú también.
Mi capa ondeaba al viento, y de repente se me ocurrió preguntarle algo.
—Por cierto, si no te importa decírmelo, ¿por qué le mató ese tipo?
—Pues...
La chica miró hacia el horizonte, con una sonrisa triste en la cara.
—Aquella noche mi hermano se emborrachó, iba con un palo y pasó cerca de aquel hombre...
—Eh... ¡espera un momento! —le dije, confundida por lo que estaba diciendo—. Lo sabía, será mejor que no sepa la historia...
La chica me miró con una expresión curiosa.
Aaaaaah... ¿será que todo su resentimiento estaba injustificado? Menudo asunto...
... ¡no! ¡No hay manera de que ese hechicero de aspecto extraño no sea malvado! En cualquier caso, estuvo a punto de lanzar un Fireball en mitad de la ciudad. ¡Eso sin duda alguna es malvado! ¡Así es, eso lo decide todo! ¡Lo he decidido! ¡Queda decidido!
—... ¿qué es lo que te preocupa?
—N... nada, nada, ¡no es nada!
—Bien, entonces... cuídate, Lina.
—Ah, sí, tú... tú también... he... hehehe... bien, pues ¡adiós!
Mientras se me empezaba a formar una sonrisa espasmódica, dejé la ciudad atrás todo lo rápido que pude.
... el mundo es complicado a veces...
Anotación de Lina Inverse:
Nunca hay que juzgar a nadie sólo por su apariencia.
Vengadora - FIN |